Las 5 mejores marcas de Fast Fashion, ¿cuáles son las más sostenibles?
El concepto de moda rápida, también conocido como fast fashion, se caracteriza por la pronta incorporación de nuevas líneas de ropa a la industria, en sintonía con las tendencias del momento. Esta estrategia se basa en la elaboración y producción de prendas a precios bajos, con el objetivo de hacerlas accesibles al público consumidor.
El fenómeno del consumo impulsivo en la industria de la moda
El impacto del fast fashion en la sociedad y el medio ambiente
Es difícil concebir un mundo sin prendas de vestir. Desde hace más de 170.000 años, los seres humanos nos hemos vestido para cubrirnos y protegernos. Aunque la industria del tejido comenzó más tarde, hace unos 45.000 años, los textiles forman parte ineludible de nuestro día a día. Sin embargo, en los últimos 100 años, la moda ha experimentado una revolución sin precedentes, transformándose en algo apenas reconocible.
Según el informe A new textiles economy de la fundación Ellen MacArthur, la producción anual de prendas de ropa se ha duplicado en el periodo entre el año 2000 y el 2015. Este aumento sin precedentes se debe, en gran parte, al auge del modelo comercial e industrial del fast fashion.
El fast fashion y sus consecuencias
Este modelo de negocio se basa en la producción y el consumo masivo de prendas de moda rápida y barata. Marcas como Shein son un claro ejemplo de ello, lanzando colecciones continuamente y ofreciendo ropa asequible que sigue las últimas tendencias. Este sistema ha permitido que los consumidores tengan acceso a prendas de moda de forma constante y a precios asequibles.
Sin embargo, detrás de esta industria hay un impacto negativo en el medioambiente, el despilfarro de recursos y las condiciones precarias de millones de trabajadores. El fast fashion se enfoca en lo efímero y el uso y desecho, creando un ciclo sin fin de producción y consumo que tiene graves consecuencias tanto para la sociedad como para el planeta.
Los efectos ecológicos de la moda de consumo acelerado
Los impactos de la industria de la moda rápida son numerosos y afectan en gran medida al medio ambiente. Desde la producción de tejidos hasta la eliminación de la ropa, cada etapa en la cadena de producción tiene un impacto significativo en nuestro planeta.
Uno de los principales problemas es el daño medioambiental causado por el cultivo de algodón, uno de los principales materiales utilizados en la ropa de moda rápida. Según datos del World Resource Institute, el cultivo de algodón representa un 2,5% de la superficie agrícola global, sin embargo, consume el 25% de los insecticidas y el 10% de los pesticidas producidos a nivel mundial.
No solo esto, sino que el cultivo de algodón también tiene un impacto devastador en el mar de Aral. Después de décadas de alimentar la producción de algodón en Uzbekistán, este mar se ha secado casi por completo, con solo un 10% de su superficie original. Además, la industria de la moda rápida es responsable de emitir 2100 millones de toneladas de gases de efecto invernadero al año, lo que representa un 4% del total a nivel global y la ubicaría como el cuarto mayor emisor en el mundo si fuera un país.
Estas cifras alarmantes nos muestran que los impactos medioambientales de la moda rápida están presentes en todas las etapas de producción. Desde el cultivo y producción de los tejidos hasta la gestión de los desechos, esta industria tiene graves consecuencias en nuestro planeta. Por lo tanto, es responsabilidad de todos tomar medidas para reducir este daño y promover prácticas más sostenibles en la industria de la moda.
Moda consciente la alternativa para evitar el fast fashion
La industria de la moda rápida persigue únicamente el beneficio económico, dejando de lado el medioambiente y las condiciones laborales. Sin embargo, según Noelia Montero, una marca de moda sostenible se construye sobre tres pilares fundamentales: la sostenibilidad social, ambiental y económica. Además, se caracteriza por mantener la transparencia y la trazabilidad en su cadena de valor y por cultivar una relación colaborativa con sus proveedores, en lugar de una mera relación comercial.
El camino hacia la sostenibilidad no es sencillo, pero vale la pena recorrerlo. Yago Castro explica que para convertirse en una marca sostenible, es necesario cumplir con una serie de requisitos complejos, como asegurarse de que los proveedores cuenten con certificaciones que garanticen condiciones laborales justas y dignas, así como utilizar materiales sostenibles, minimizar el consumo de agua, emisiones y residuos.
Sin embargo, obtener esta información de las fábricas suele ser difícil, lo que demuestra que todavía queda un largo camino por recorrer. Aun así, según Castro, cada vez más personas están adoptando hábitos de consumo más conscientes y críticos, lo que genera un impacto positivo en la industria. Esto no necesariamente implica comprar ropa sostenible, sino también optar por alternativas como la ropa de segunda mano.
En la actualidad, muchas empresas utilizan estrategias de marketing para mejorar su imagen y aparentar que están tomando medidas sostenibles, incluso si han estado actuando de manera perjudicial durante años. Sin embargo, según el fundador de NWHR, es importante seguir cuestionando nuestros hábitos de consumo y elegir prácticas más responsables, ya sea a través de la compra de moda sostenible o de la adopción de alternativas más eco-friendly.
El impacto ambiental de las cadenas de moda rápida
La verdad detrás de fast fashionAhora que entendemos en qué consiste el fast fashion y cómo contribuye a la contaminación en el mundo de la moda, se revelan pequeños detalles que hacen de esta industria un tema de gran preocupación para la sociedad.
Es imposible ignorar la relación entre la producción en masa y la degradación del planeta, así como la escasez de materias primas en la actualidad. Esto es especialmente evidente en las marcas de fast fashion, cuya única preocupación es alimentar la necesidad de consumo de los compradores a través de lanzamientos constantes de nuevos conjuntos y prendas.
Sin embargo, el verdadero peligro de la industria de la moda rápida radica en su filosofía laboral, que no solo afecta la calidad de los productos, sino también su valor en el mercado.
Recordatorio de valores fundamentales para un consumo responsable
El consumismo descontrolado se ha convertido en uno de los problemas más recurrentes en la sociedad actual, siendo una causa directa del fast fashion y su impacto ambiental. No es necesario ser un experto en economía para comprender la conexión entre ambos fenómenos.
Sin embargo, no se trata de señalar culpables, sino de entender lo perjudicial que puede ser la presencia de tiendas fast fashion en los mercados actuales.
Es cierto que la publicidad y el entorno social pueden motivarnos a consumir cada vez más bienes de consumo masivo, pero la educación puede ser la clave para solucionar este problema de manera sencilla.
Inestabilidad en el empleo en la industria de la confección a nivel global
Adoraba mi trabajo en el sector de la moda, siempre al tanto de las últimas tendencias y negociando con empresas de diferentes países mientras viajaba. Sin embargo, no me sentía cómoda con el modelo de consumo que promovíamos, basado en comprar, usar y desechar, y en la obsesión por aumentar los márgenes sin tener en cuenta el impacto medioambiental, las condiciones laborales y la falta de transparencia.
Fue por esta razón que Noelia Montero decidió fundar Miu Sutin, una marca sostenible que busca, entre otros aspectos, garantizar unas condiciones laborales dignas en sus proveedores y utilizar materias primas y procesos respetuosos con el medioambiente.
"Las multinacionales tienen un gran poder y ejercen una gran presión", explica Noelia Montero. "Los proveedores se ven obligados a ofrecer los precios más bajos de confección, lo cual se traduce en salarios bajos, largas jornadas laborales y la presión de cumplir con grandes cantidades de producción. Muchos de estos proveedores están en países pobres, y las empresas de moda rápida se aprovechan de los bajos costos laborales. Los dueños se enriquecen, mientras que la mayoría de la mano de obra, compuesta principalmente por mujeres, sufre las consecuencias".
Yago Castro, fundador de la marca sostenible NWHR, tiene una historia similar. "Antes de crear NWHR, trabajé para una empresa de comercio internacional que importaba una variedad de productos. Un día, una gran empresa de moda rápida se convirtió en nuestro cliente y me asignaron la tarea de gestionar un proyecto en el sudeste asiático. En tan solo cuatro meses, pasé de no tener conocimientos sobre la producción de camisetas a visitar más de 50 fábricas en India y Camboya".
La industria de la moda abraza la sostenibilidad
Gema Gómez es una experta en la industria de la moda y ha sido diseñadora de dos grandes cadenas textiles españolas. Actualmente, dirige Slow Fashion Next, un grupo de expertos en Moda, Sostenibilidad, Emprendimiento y Negocio con más de 10 años de experiencia. Sin embargo, su perspectiva sobre la moda cambió durante sus viajes a Asia, donde se dio cuenta del impacto ambiental y social de la producción en masa. Esto la llevó a buscar alternativas más sostenibles en su negocio.
Durante sus viajes, Gómez descubrió de primera mano cómo la producción en masa afecta al medio ambiente y a los trabajadores involucrados. Se sintió cada vez más incómoda con su papel en la industria y decidió hacer un cambio en su enfoque empresarial.
Desafortunadamente, la moda se está convirtiendo en una industria de un solo uso, al igual que la alimentaria. ¿Alguna vez has pensado en la posibilidad de que la ropa también puede ser "orgánica" o "rápida"? Un ejemplo claro de esto es la cadena de moda Primark, la cual pertenece a una multinacional alimentaria y aplica el mismo modelo de negocio a todas sus empresas.
Es evidente que Gómez tiene una visión diferente de la moda, enfocándose en la sostenibilidad y la responsabilidad social. A través de Slow Fashion Next, busca educar y concienciar a otros profesionales y consumidores sobre las alternativas más sostenibles en la moda y promover un enfoque más ético en el mundo de la moda actual. Con su experiencia y conocimiento en el campo, es una líder en la lucha por un futuro más sostenible para la industria de la moda.